Este pastel, el KOUGLOF, tiene múltiples nombres, dependiendo la zona en que se elabore. Según tengo entendido es un bollo típico de la zona francesa de la Alsacia, pero que han adaptado en muchos paises centroeuropeos, y de ahi, que lo encontremos con diferentes denominacions: kougelhopf, kougelhof, kugelhof, kugelopf, kougelhopf, kugelhopf, kouglouf, gugelhupf, kugelhupf, guglhupf, gugelhopf, etc.
Lo que sí està claro, es que se suele consumir en las fechas Navideñas y hay una leyenda sobre su origen que me ha parecido muy bonita, os cuento.
Dice la tradición que uno de los tres Reyes Magos perdió su turbante cuando fue a adorar al Niño Jesús en Belén, un turbante con oro y piedras preciosas. Siglos más tarde un cruzado lo encontró en Tierra Santa y se lo llevo hasta Estrasburgo, donde un maestro pastelero lo utilizó como molde para cocer un brioche.
Actualmente, muchos kouglof, se adornan con almendras o pasas, imitando precisamente las piedras preciosas del turbante y su masa de color amarillo, representa el oro del turbante.
La receta que os traigo, es sencilla y no lleva ninguna decoración, pero os digo que su sabor a mantequilla y textura ligera es delicioso, y cuando lo probéis no podréis dejar de comer.
Ingredientes:
400 gr de harina de fuerza o gran fuerza
8 gr de sal
200 ml de leche
16 gr de levadura fresca
65 gr. azúcar
80 gr de huevos enteros
120 gr de mantequilla
y para bañar el bizcocho, mantequilla derretida y azúcar
Preparación:
Ponemos todos los ingredientes a excepción de la mantequilla en el bol de la amasadora, y con el gancho amasamos bien hasta que esté todo bien integrado y se haya empezado a desarrollar el gluten, hay que tener paciencia y amasar a velocidad media, vigilando que la masa vaya haciendo bola alrededor del gancho.
Cuando esté lista iremos añadiendo la mantequilla que tenemos a temperatura ambiente y cortada a cuadritos, la incoporamos poco a poco y sin dejar de amasar, y seguiremos amasando hasta que la masa esté lisa y brillante.
Dejaremos reposar en bloque en un bol que habremos untado en aceite, y esperaremos a que doble su volumen.
En ese momento desgasificaremos un poco, haremos una bola con un agujero central, utilizando nuestros dedos bien untados en aceite y haciendo rodar como un roscón.
Depositamos en un molde bien engrasado y con chimenea central y dejaremos levar de nuevo un rato hasta que suba 2/3 partes de su volumen.


Ahora ya podemos hornear en horno precalentado a 180º con calor abajo y sin aire, durante 30-40 minutos.

Al terminar pasamos sobre una rejilla, esperamos 10 minutos, y volcamos directamente sobre la rejilla. Ahora ya podemos bañar con la mantequilla derretida y tibia, y seguidamente espolvoreamos con azúcar blanquilla.
Ahora sólo queda esperar a que se enfríe por completo y podremos disfrutar de esta maravilla, un bizcocho abriochado, con un sabor muy delicado y perfecto para tomar de merienda o desayuno, acompañado por una bebida bien calentita en estos días de frío.
Espero que os guste tanto como a mí, y que he aprendido a preparar gracias a las indicaciones de Su de Espai de Cuina.
Un abrazo,
Montse


Felicitats, ta ixit molt bo