TARTA de SANTIAGO

Hacía mucho tiempo que no preparaba esta tarta, si embargo es una de mis preferidas cuando la veo en un restaurante siempre la pido para mí, pero como en casa tengo un alérgico a los frutos secos prefiero no hacerla.

Y por desgracia, hay muchas tartas mediocres que se sirven en los restaurantes, y me da pena, ya que con lo fácil que es su preparación, no entiendo como prefieren comprar tartas insulsas a proveedores sospechosos.

Pues nada, que voy a darme un homenaje, y a preparar esta delicia. La receta está basada en la de Su de @webosfritos, y ya veréis como sale bien siempre.

 

Ingredientes:

250 gr almendra cruda Marcona  (entera o molida)

250 gr Azúcar

4 Huevos

1 cucharada de canela molida

Ralladura de ½ Limón

Azúcar Glas.

 

Utensilios

Batidora de varillas

Molde desechable de 20 x 2,50 cm de Cartservicecs

 

Preparación

Si queréis tener una textura en la que se encuentren los trocitos de almendra, moler vosotros mismos la almendra, pero en dos tandas, la  ½ bien molida con textura de harina, y la otra ½ la dejáis un poco menos para que queden trocitos.

En este punto vamos a secar ligeramente esta almendra introduciéndola en el horno que tendremos precalentado a 160º, la hornearemos durante unos pocos minutos, revolviendo durante un par de veces, y con mucho cuidado que no se tueste, sólo queremos que se seque un poco. Dejamos enfriar y reservamos.

En un bol vamos a mezclar la harina de almendra, una cucharada de canela y la ralladura de la cáscara de limón.

En otro bol vamos a batir los huevos con el azúcar, hasta ver que blanqueen y doblen su volumen. Ahora le incorporaremos la mezcla de almendra que teníamos reservada, lo haremos con movimientos envolventes y con cuidado de no batir en exceso.

Tendremos el horno precalentado a 180º.

Ya con esta masa, la pasamos a nuestro molde de hornear desechable ( o bien a un molde convencional que previamente habremos encamisado en mantequilla y un poco de harina), y podemos introducir en el horno.

Tendremos horneando entre 25-30 minutos, dependiendo del horno, con calor arriba y abajo, y comprobando su cocción, con la ayuda de un palillo veremos cuando está listo.

Retiramos del horno, y ponemos a enfriar completamente encima de una rejilla, y cuando esté totalmente atemperada le damos su acabado tradicional, espolvoreando con azúcar glas, y si queréis que sea más auténtica, le colocáis una figura en forma de cruz y espolvoreáis con azúcar glas.

Esta tarta es una perdición, y si la acompañáis de un buen vinito dulce, ya ni te cuento, yo lo hago con un buen moscatel de Torres.

Aprovechad el fin de semana y daros un homenaje, 1000besos.

 

Montse

 

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